Llevar al bebé mirando hacia el mundo en un fular – por qué no es recomendable

Llevar al bebé mirando hacia el mundo en un fular – por qué no es recomendable
Muchos padres, cuando su bebé empieza a mirar a su alrededor con curiosidad, se preguntan si pueden llevarlo mirando hacia el mundo en un fular portabebés.
Puede parecer una opción práctica: el bebé ve más y el adulto tiene las manos libres.
Sin embargo, los asesores de porteo y los fisioterapeutas coinciden: el fular no está diseñado para llevar al bebé mirando hacia adelante.
¿Por qué? Porque esta posición no favorece el desarrollo fisiológico del bebé ni le ofrece comodidad o seguridad.
Falta de ergonomía – el bebé “cuelga” desde la entrepierna
Un fular portabebés está diseñado para envolver el cuerpo del bebé y ofrecer un apoyo uniforme desde el cuello hasta el culito.
Esto permite que el bebé adopte una postura natural, con la espalda ligeramente redondeada en forma de “C” y las piernas en la posición en “M” (las rodillas más altas que el trasero).
En la posición mirando hacia el mundo, esta colocación fisiológica no es posible.
El bebé se apoya sobre la entrepierna y “cuelga” del fular, con la espalda forzada en una postura recta.
La columna y las caderas carecen del soporte adecuado, lo que puede generar tensiones, especialmente en los lactantes cuyo sistema músculo-esquelético aún está en desarrollo.
Imposible ajustar correctamente el fular
Un fular tejido o una bandolera de anillas solo funcionan correctamente cuando están bien tensados y ajustados tanto al cuerpo del bebé como al del adulto.
En la posición mirando hacia adelante, esto no es posible: la tela no sostiene la espalda del bebé, la cabeza queda inestable y la postura se vuelve asimétrica.
Como resultado, el bebé no recibe un apoyo adecuado y su peso se distribuye de manera desigual.
Para el porteador, esta posición también resulta menos cómoda – el centro de gravedad se desplaza hacia delante, lo que provoca una mayor carga en la espalda y los hombros.
Demasiados estímulos y poca seguridad
Llevar al bebé mirando hacia el mundo significa exponerlo a todos los estímulos del entorno – ruidos, luces, movimiento, personas.
El bebé no puede acurrucarse contra el adulto, girar la cabeza ni esconderse cuando se siente cansado o sobreestimulado.
Para un bebé pequeño que aún está aprendiendo a procesar el mundo, esta sobrecarga sensorial puede ser demasiado intensa.
En la posición vientre con vientre (mirando hacia el porteador), el bebé puede elegir: observar el entorno o descansar contra el pecho de su madre o padre, sintiéndose protegido y tranquilo.
Cómo portear para que el bebé vea más
Si tu bebé es más curioso y quiere observar lo que le rodea, existen alternativas ergonómicas y saludables:
Porteo a la cadera – ideal para los bebés que ya mantienen bien la cabeza y quieren mirar hacia el lado.
Puede hacerse con una bandolera de anillas o con un fular tejido largo.Porteo a la espalda – cuando el bebé es mayor (a partir de unos 6 meses), se puede llevar de forma segura en un fular tejido o en una mochila ergonómica.
Así el bebé tiene una amplia vista del entorno, pero sigue sintiendo la cercanía y el soporte del adulto.
En resumen – el fular es para la cercanía, no para la exposición
El fular portabebés está hecho para mantener al bebé cerca del cuerpo del adulto, en una postura que respete su desarrollo y le proporcione seguridad y bienestar.
El porteo mirando hacia el mundo altera este equilibrio: sobrecarga la columna vertebral, expone al bebé a un exceso de estímulos y le priva de la posibilidad de refugiarse en el abrazo del adulto.
Por eso, lo mejor y más seguro es llevar al bebé mirando hacia el porteador.
Y cuando el niño se vuelve más curioso, se puede cambiar a un porteo a la cadera o porteo a la espalda – siempre cerca, siempre con comodidad y seguridad.




















